Junto a este estudiante de tercer grado, en una ludoteca de un barrio en una de las laderas de las montañas que rodean Medellín, construido para albergar a las familias que vivían sobre un basurero, 380 pequeños recibieron el mismo regalo. Y en el extremo norte del país, en la ranchería El Manantial, en una zona desértica, cien niños de la comunidad indígena wayúu escucharon relatos de su etnia y regresaron con un cuento a su casa.
En total, 22 poblaciones se unieron a esta celebración, en la que la empresa privada donó miles de libros. Fue, sin duda, un día especial. En Cali, la tercera ciudad de Colombia, 20.000 personas se reunieron en la plaza de toros para escuchar la lectura de textos del escritor colombiano Tomas Carraquilla, de cuyo nacimiento se cumplen ahora 150 años.
En Bogotá, dos empresas que apoyaban esta fiesta literaria dejaron en diferentes rincones de la ciudad ejemplares de obras literarias para que los ciudadanos que los econtraran pudieran llevárselos. Y en esta capital coincidieron dos eventos más: el fin de Bogotá Capital Mundial del Libro —este año, el honor le corresponderá a Amsterdam— y el inicio de la 21ª Feria Internacional del Libro, que tiene a Japón como país invitado.
La Cámara Colombiana del Libro planeó esta celebración, inscrita en una estrategia para mejorar los bajos índices de lectura que registra este país, de 44 millones de habitantes.
La encuesta de hábitos y comportamientos del lector muestra que, de 2,4 libros que leían los colombianos en el año 2000, se descendió a 1,6 en el 2005. Los expertos no se cansan de decir que uno de los mayores problemas es que, en un alto porcentaje de hogares, no hay un solo libro. Jorge se encuadra en esta estadística, porque el cuento que recibió el miércoles fue su primer libro. Y estaba feliz de poder leerlo a sus tres hermanos; ellos no van a la escuela, trabajan junto a su madre en una zapatería.
La invitación a la fiesta era para grandes y chicos, pero el énfasis se hizo en los pequeños lectores.
Al presentar la Feria del Libro, Moisés Melo, presidente de la Cámara del Libro de Colombia, aseguró que, si el interés de los adultos por la lectura fuera igual al de los niños, estaríamos en unos niveles de lectura de tres libros por año.
“La población no está familiarizada con el libro”, dice Melo. Por eso, los actos estuvieron encaminados a lograr este acercamiento. Hubo lecturas al aire libre, firmas de libros, charlas con escritores, talleres, actividades en librerías...
Esta fiesta se celebra en varias ciudades del mundo desde que, en 1995, la Unesco declaró el 23 de abril como Día Internacional del Libro. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que el mercado editorial se fortalece en los sitios donde se capitaliza esta celebración.
Los que en Colombia apuestan por la lectura son optimistas sobre los frutos que darán las semillas sembrada este año.
Fuente: ElPaís.com
*http://www.elpais.com/articulo/internacional/Regresar/cuento/casa/elpepuint/20080425elpepuint_1/Tes
No hay comentarios:
Publicar un comentario